El Águila Blanca

El Águila Blanca era un patio cuadrado con dos blancas galerías en ángulo recto. Lo demás, en torno a ella, paisajes, luz, verdor.

Frente a su puerta pasaba un largo camino de tierra que se perdía en el horizonte. Por allí llegaban los ocasionales viajeros.

En el patio, canteros y espacios de tierra salpicados de flores. Como guardianes, cuatro cipreses. El resto, pájaros que cantaban.

Enredaderas. Perfume de madreselva. Hacia fuera, el barranco del río. Por sus orillas, sauces y álamos.

No acabo de pintar una casa, acabo de pintar una época.

                                                                                             

       Arturo Capdevilla. (Argentino 1889-1967)