Argucias para matar dragones
(Anónimo, de “Biblioteca de lo Desconocido: Monstruos”)
Matar a un dragón era siempre difícil y peligroso. Los que lo intentaban solían verse obligados a ayudarse de ciertas argucias, como en este cuento del “Gusano de Lambton”
Un domingo, en vez de ir a la iglesia, el joven John Lambton, heredero del castillo de Lambton, se fue a pescar al río Wear. Pescó un horripilante gusano y lo arrojó a un pozo para quitárselo de encima. Se olvidó del incidente y se marchó al extranjero por siete años.
Pero el gusano creció y se hizo tan enorme que salió del pozo. Durante el día permanecía enrollado alrededor de una roca en el centro del río. Por la noche reptaba hasta tierra firme y asolaba la campiña, matando persona y destruyendo el ganado. Intentaron matarlo muchas veces, pero cada vez que lo partían en trozos… ¡estos se unían de nuevo!
Cuando regresó Lambton y se enteró de lo que sucedía, tomó la decisión de matarlo. Consultó a una bruja y esta le aconsejó guarnecer su armadura con pinchos muy afilados y combatirlo en el río.
El gusano apareció y Lambton lo atacó con la espada. Cuando el monstruo se enroscó en su cuerpo, los afilados pinchos de la armadura lo hicieron pedazos. Los trozos del gusano cayeron en el río y la corriente se los llevó antes de que pudieran unirse de nuevo.