Una fantasma tímida
Una fantasma más rara que la que se le apareció a Nicéforo Mirelles, no pudo haber. Resulta que un día llega Nicéforo al rancho y se encuentra con el mate en el aire. Cebado el mate. Y que le acomodaban la bombilla sin que nadie lo tuviera. Y el agua que empezaba a bajar y a bajar: señal de que alguno estaba chupándolo.
De repente oye el ruido del mate al terminarse, ve que la pava sube sola y lo llena. Y que el mate se le venía, buscándolo, después. Y Nicéforo, dele a esquivarlo y recular.
− ¡Cómo! Un mate que se le viene a uno ansí¹, a lo toro…
Sin embargo, le llega de pronto una voz, amable y fina:
−Sírvasé nomá, que está dao güelta².
¡Era “la fantasma” que cebaba!
Después Nicéforo contó que ella le dijo que no se hacía ver porque siempre había sido muy vergonzosa.
Wimpi, Cuentos del Viejo Varela
Notas
1. Ansí: así. La lengua rural suele producir por costumbre o por descuido modificaciones fonéticas y apócopes. Para reflejar esto, el autor escribe en su texto algunas palabras tal como las hubiera pronunciado su personaje.
2. Dao güelta: dado vuelta. Expresión popular que alude a una práctica de la cebada del mate. Cuando la infusión está ya muy suave (“lavada”) se cambia la bombilla de lugar, colocándola en la porción de yerba menos usada, para lograr una infusión más sabrosa.